viernes, 26 de febrero de 2016

Fuiste, Eres y Serás...



Hace tanto que no estamos juntos, hace tanto que decidimos alejarnos. ¿Realmente fuimos nosotros?, quizá fueron tantos tropiezos los que nos llevaron a esto, tantas desilusiones y decepciones que nos apuñalaron incansablemente.

Hace tanto que no veo tu sonrisa encantadora, que no siento tu respiración golpear mi pecho. Hace tanto que un “Te Quiero” no acaricia mi alma y me llena de vida.

Hace tanto que no escucho tu risa, pero esa risa mía, que solo yo era capaz de provocar. 

Hace tanto que tu voz es solo una melodía guardada en mi memoria.

Desearía poder decir tanto pero a la vez nada, desearía poder mirarte fijamente y sin pronunciar palabra que sepas que me haces falta.

Cuantas cosas he perdido por estar anclado a tu amor, por aferrarme a ese recuerdo que me has dejado.

Tu amor me hacía fuerte, invencible ante las adversidades que se me presentaran. Tu apoyo me llenaba de ganas para salir adelante. Tu amistad era mi pilar. Tú eras mi vida entera.

Y ahora que no estas mi vida se ha ido contigo, solo respiro por respirar, acaricio sin sentir, beso sin querer y amo sin amar.

Es interesante como la vida cambia de un momento a otro, como solo una persona cambia tu mundo en un segundo, para bien o para mal.

Dicen que no se necesita a nadie para ser feliz, pero realmente no creo en ello. Si no se necesita a nadie para ser feliz ¿por qué buscas amor? ¿Por qué buscamos familia? Incluso ¿por qué buscamos soledad? Es ilógico pensar que no hace falta nadie en tu vida para ser feliz, quizá lo eres solo, pero siempre necesitaras más de lo que tienes y eso te lleva a buscar a alguien que pueda darte ese “más”.

Tú eras mi más, mi brújula y ahora estoy perdido sin ti. Hago muchas cosas por hacer, no porque me hagan feliz.  Yo era feliz gracias a ti, y eso también te lo llevaste cuando te fuiste.

El amor duele tanto como te hace feliz. Y ese amor es el verdadero, te destruye y arma sin pausas, te lanza por un abismo y te rescata. El amor es todo y nada. Es vida y muerte.

Solo hay un amor así, solo podrás experimentarlo una vez en la vida, y es entonces cuando ya tus expectativas suben tanto que nadie puede alcanzar de nuevo ese amor, ese que muchos llamamos “El amor de nuestras vidas”.

Me arrepiento del daño que cause, de las heridas que abrí y no fui capaz de cerrar. Me arrepiento de las angustias ocasionadas, de las preocupaciones agobiaron, de las dudas que surgieron. Me arrepiento de las lágrimas amargas que derrame en muchas ocasiones, en sembrar odio en tierras de amor, en querer dar más aunque no pudiese.

Pero no me arrepiento de amarte, de haber sacado sonrisas en su momento, de ser confidente de tus secretos  y tus travesuras. No me arrepiento de haberte respetado tanto,  de haber dejado tanto atrás por ti. No me arrepiento de esas noches sin dormir por hablar contigo, ni de los días planeamos tantas cosas porque en ese momento nos hacía felices.

Lamento como termino todo, como no pudimos llegar a un acuerdo donde guardáramos lo malo y nos quedáramos con lo bueno. Lamento tanto haberte visto marchar y tener que vivir con ello.

Mucho de lo que soy ahora te  lo debo a ti, porque tu marcaste un antes y un después, acompañado de un maravilloso durante.

¿Sabes? aún existen muchos lugares que me recuerdan a ti, olores, canciones, películas, personas. Hay muchas cosas que quisiera revivir contigo solo por el placer de saber que en algún momento me hicieron tan feliz.

Es difícil ser fuerte y es aún más difícil no llamarte para decir que te extraño.
Sé que leerás esto y sé que sabrás que es para ti, al menos sabes lo que sentí y lo que he sentido desde que no estas.

Solo espero que la vida te premie con algo mejor, que te permita encontrar lo que no encontraste en mí.

Para mí no espero lo mismo, pues lo mejor en mi vida fuiste, eres y serás Tú.