Otro ser tan perfecto no ha podido crear Dios,
Magnifica belleza irradia de sus poros.
Como no mirarle con tanta veneración,
Si ha sido ella quien me ha enseñado el amor.
Y agradezco que a pesar del tiempo no los haya suprimido.
Quizás hayan unos menos intensos,
Pero aun así los tengo clavado en mi mente y en mi pecho.
Quien se levanta cada mañana bendiciéndome,
Esa que se desvela cuando aquejado me encuentro,
Esa que me toma en sus brazos y me llena de besos.
Esa que con sus sabios consejos me acompaña la vida,
Esa que sabe cuándo estoy mal y en sus brazos me anida.
Esa que daría la vida por verme bien,
Esa que me enseño a caminar, a correr, a saltar,
Esa que escucho mis primeras palabras, esa a quien llamo MAMÁ.
Quien me llevo de la mano y me ayudo a no caer,
Esa, que se desveló por mí, cuando solo era un niño, bebe.
Esa, que me reprendió cuando hice algo malo,
Quien me dijo que no estaba bien.
Esa, que jamás se apartó de mi lado,
Cuando en un quirófano me fui a meter.
Quien me miro abrir por primera vez mis ojos,
Esa, que me hablaba mientras en su vientre me dedicaba a crecer.
Esa, que aguanto mis berrinches, mis caprichos por doquier,
Esa, que me enseño lo bueno y lo malo,
Quien en su cama me dejo meter,
Cada noche de pesadillas, ella las alejaba tan bien.
Quien amanecía entusiasmada,
Y al caer la tarde enfadada sin saber porque.
Esa, que me daba un beso mientras me reprendía a su vez,
Tan explosiva algunas veces pero tan dulce y dócil también.
Quien me contaba cuentos a la hora de dormir,
Esa, que se preocupaba cada segundo por mí,
Esa, que tenía tiempo para todo,
La casa, la familia, el trabajo, toda una heroína para mí.
Esa, que guio mis pasos, que me cuido al crecer,
Ahora soy yo quien cuido de ella, y con sumo placer.
Esa, que cocinaba a la hora, para que pudiera comer bien,
Ahora soy yo quien le cocina, pero no tan bien.
Esa, que me daba un abrazo cuando mi mirada se lo pedía,
Ahora soy yo quien la abraza, mañana noche y día.
Esa, que se ocupó de mis medicinas, cuando de enfermedad se trataba,
Ahora soy yo quien la cuida, cuando su temperatura esta alta.
Esa, que me dedico su tiempo, cuando yo más la necesitaba,
Ahora soy yo quien la escucha, y le acomoda su manta.
Esa, que beso todos los días,
Tal y como ella lo hacía antes.
Ella, que me mima y me cuida todavía,
A pesar de que ya estoy grande.
Ella, quien me ama incondicionalmente.
Esa, que aunque me equivoque estará expectante,
Aconsejándome por los años que me lleva, por sus experiencias relevantes.
A quien le agradezco en cada respiro el darme la vida.
A quien temo perder, pues quedaría solo en un callejón sin salida.
Dios me ha premiado con semejante mujer,
Ese ángel que me ha designado y tan agradecido estoy con él.
Le debo tanto a mi madre, ese hermoso ser,
Mi deseo es que sea eterna, para que no la pueda perder.
Otros se dedican a ella, hasta verla envejecer.
Yo solo quiero una cosa, agradecerle su amor, su cariño, hasta su mal humor también.
Quiero dedicarle mi vida a quien me la dio sin saber,
Si sería un buen o mal hijo, apostando a mi ciegamente.
Solo dios sabe cuánto amo a esa mujer,
Con ese amor inexplicable que es reflejo del de ella también.
Suspiro al verla y saber que me llevo en su vientre por 9 meses.
Que acepto los cambios en su cuerpo, solo por tenerme.
Digno ejemplo de fortaleza y vulnerabilidad a la vez.
Madre cuanto te amo… Cuanto amo a ESA MUJER…
